Justin Bieber o el orfidal para adolescentas neurastenicas, tías!

El año 2010 entra en su recto final, un año en el que la que esto escribe ha estado más desconectada de Internet que el Papa de la realidad, caries. Es por ello que estoy haciendo un master en actualidad que me esta dejando descojonaita, tías. A lo largo del año se han dado varios polterGAYs de cojones que no hay Punset que los pueda explicar. El enigma que hoy nos ocupa es Justin Bieber. Tan sólo con teclear su nombre ME SE cierran los parpados maricones.

Yo pensaba que la crisis era tan sólo financiera, pero estoy cayendo en la cuenta de que va más allá de las finanzas, también afecta al sentido común caries. Si no ¿cómo es posible que un niñato que parece una bollera con la voz de un castrato a medio capar pueda convertirse en una estrella de la música, tías?

El chaval es soso de cojones, de hecho si ser soso de cojones fuera deporte olímpico el se llevaría todas las medallas y posee un extraño efecto sobre las masas con las hormonas disparadas, como el orfidal es anxiolítico, amnésico, sedante, anticonvulsivo y relajante muscular, porque es verlo y te duermes, escucharlo y te olvidas, pensarlo y te relajas hasta el extremo de dejar tu mente en blanco y descomponerte sobre el sofá, tías, deberían catalogarlo como agente químico agresivo, la madre que lo parió. Eso si, debería de trabajar más el efecto anticonvulsivo, porque alguna mamarrachas es verlo y ponerse a convulsionarse como si hubiera comido kilo y medio de langostinos caducados, tías.

Aunque no se han descrito efectos secundarios, en mi caso, a veces, tras una prologada exposición a su careto, me entran unas irrefrenables ganas de calzarle una ostia, o meterle el micrófono por el ojete, a ver si alcanza la nota oportuna que le haga implosionar hasta fundirse en un molécula de nada, tías.

Claro que si eres un pederasta y trabajas para el papa, es probable que sus efectos sean otros, te lo digo como amiga, Rouco, tía!

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