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17 de febrero de 2009

El queerlebron de Lindsay y Sam, tías!

De la forma que han relatado los testigos la última, y no se si definitiva, bronca entre la Lohan y la Ronson, esto parece una versión bollera de un inedito "Wuthering Heights" del siglo XXI, tías. Y si no, al loro con la historia:

"Samantha Judith Ronson, ¿por qué me haces esto?" se lamentaba Lindsay Lohan mientras seguía a su amante calle abajo en las postrimerías del día de San Valentin.

Corriendo tan rápido como sus tacones le dejaban, Lindsay no dejo de lamentarse y pedir perdón. En un momento dado Samantha se detuvo en el centro de Houston Street y le susurró algo al oído.

"¿De qué estas hablando?" le respondió a gritos Lindsay, "He estado toda la noche contigo."

Lindsay apago el cigarro de un pisotón justo antes de entrar junto a su novia en el hotel Bowery, donde lo arreglaron o continuaron con su drama en un lugar más privado.
Esta sería la versión de las hermanas Brontë; Chuck Palahniuk se hubiera limitado a decir que dos bolleras discutían en medio de la calle por un ataque de cuernos, mientras Tyler Durden debatía si invitarlas a su Club de la Lucha para que descargaran tensiones. Paul Auster hubiera intercalado alguna casualidad kafkiana y una de las dos hubiera terminado en Central Park durmiendo en una caja de cartón en un arranque de locura Dostoyevskiano. Baroja se hubiera bajado la txapela, se hubiera santiguado, para seguidamente arrepentirse de haberlo hecho, y hubiera seguido calle abajo; Unamuno hubiera echado la culpa de todo a Sabino Arana y Valle Incán se hubiera hecho una paja observándolas, mientras Capote estaría demasiado borracho para acordarse al día siguiente de incluirlo en sus "Plegarias atendidas".

Hasta aquí la lección de literatura, tías, para todo lo demás, fluoxetina por un tubo!

Vía | NYPost

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