Popnografia presenta a Marston y Cooper Hefner

Marston (de pie) y Cooper (sentado) son hermanos y residentes en la Mansión Playboy, donde su padre Hugh Hefner vive rodeado de conejitas. Tienen 17 y 18 años respectivamente y en una entrevista para la revista de su papaito hablan, porque estos niñatos no se callan ni con una polla en la boca, de lo humano y lo divino, de los divino y lo profano... bueno dicen unas cuantas chorradas por que esta gente no sabe lo que significa profano, ni siquiera se si yo lo se del todo, tías.

Su madre es una ex conejita llamada Kimberly Conrad, con la que viven en una mansión anexa a la Gran Mansión de papaito Hugh. Por cierto que Marston tiene un disloque de cadera que promete, y una cintura un poco extraña, del Cooper sólo puedo decir que comparte peluquero con Make Up Efron. Ambos parece que sienten predilección por los pijamas de raso y los batines. De tal palo, tal astilla, tías.

Voy a analizar las declaraciones de Cooper sobre el hecho de crecer en la Mansión Playboy después del salto, porque creo que encierran grandes verdades, tías.

"No lo entienden cuando dices, "no hay nada que hacer allí", porque cuando vives aquí y vienes aquí todos los días, ves siempre las mismas cosas. Cualquier otro estaría en plan "vamos a ver a los monos", pero yo no quiero ver a los monos, prefiero ir a jugar a los bolos que jugar con los monos."

Cuando dice "ves siempre las mismas cosas", se refiere a pilinguis de primera, segunda, tercera y hasta de cuarta división huyendo en ropa interior de su padre. Y esto es como el chiste del ginecólogo, que cuando llegaba a casa lo último que le apetecía era verle el coño a su mujer.

Cuando dice "vamos a ver a los monos" se refiere a ir a ver a las pilinguis de primera, segunda, tercera y hasta de cuarta división huyendo en ropa interior de su padre. El uso de las metáforas denota colegio de pago y poca imaginación. La fauna y las posibilidades metafóricas son tan vastas...

Cuando dice "prefiero ir a jugar a los bolos que jugar con los monos" quiere decir que prefiere ir a jugar a los bolos que jugar a perseguir a pilinguis de primera, segunda, tercera y hasta de cuarta división huyendo en ropa interior... como su padre. Lo que daría para explicaciones a diversos niveles psicoanalíticos; pero para hacerme la picha un lio con el hilo del tampax, prefiero pensar que no hay segundas lecturas posibles, tías.

Vía | Dlisted